Colegio Santa Ana y San Rafael 

El encargo consistía en añadir más aulas al proyecto existente sin añadir pilares al patio de recreo por resultar peligrosos por los golpes que contra ellos podrían darse los alumnos. Con este planteamiento el arquitecto decidió utilizar los tabiques y cerramientos como apoyos de un edificio que enganchado al edificio antiguo en parte volaba sobre el patio.  LGSF resultaba la solución ideal por su ligereza, tenacidad y facilidad para convertir todos los elementos arquitectónicos en resistentes y por tanto contribuir de modo sencillo a la estabilidad del edificio. Se puso mucho énfasis en los aislamientos térmico y acústico, objetivo que fue conseguido de modo muy satisfactorio, gracias a la facilidad que da el sistema.

Hay que añadir que la elección del sistema constructivo fue un acierto, además, porque al hacer el estudio del terreno se descubrió que era muy poco resistente (echadizo) y con un sistema constructivo más pesado hubiese sido necesario pilotar los pilares que se añadieron, que, precisamente por estar muy pegados al edificio existente y soportar un cuerpo en ménsula resultaban especialmente cargados.